Una de las películas que más me llamaron la atención en la década de lo años noventa fue "Los últimos guerreros" -Last of the dogmen. Es una película de western en tono crepuscular que resulta desigual. Intenta hacer una contraposición entre lo nuevo y lo viejo; así el protagonista es un cowboy y la co protagonista una profesora de antropología, se desenvuelve en una época actual, pero trata de los guerreros cheyennes que viven en el Oxbow...
Creo que, aunque es un poco exagerada la opinión de Francisco Marinero de que lo más reseñable es el paisaje, uno de los principales valores del film -como de todos los westerns- es la fotografía.
